Los agentes que realizaron la prueba de alcoholemia e, incluso, los miembros más veteranos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no recuerdan haber visto «jamás» a un conductor que arrojara una tasa de alcoholemia como la que dio ayer de madrugada un joven de 33 años nada más sufrir un accidente en las inmediaciones de La Seca. El autor de un más que flagrante delito contra la seguridad vial, además, carecía del pertinente permiso de circulación. Y no porque lo tuviera retirado sino porque «directamente no lo había obtenido nunca», según informaron ayer fuentes de Tráfico.
El temerario conductor sextuplicaba, nada menos, el límite legal de alcoholemia al arrojar un primer resultado de 1,58 miligramos por litro de aire espirado. Y así, con el nivel de embriaguez «más alto» registrado por un etilómetro en la historia reciente de la provincia, se puso al volante de un Renault 21 prestado pasada la medianoche. Su periplo por una vía secundaria entre los pueblos del entorno finalizó en el kilómetro 29,2 de la carretera comarcal Cl-610, donde se salió de la calzada y acabó volcando.
El conductor, eso sí, resultó ileso y tuvo la 'mala fortuna' de que una patrulla se encontrara con el turismo siniestrado a las 0.59 horas. Los agentes, ante el estado del piloto, le sometieron a la prueba de alcoholemia. En la primera prueba dio 1,58 y en la segunda arrojó un resultado de 1,49, es decir, seis veces más que el límite legal de 0,25.
«No hemos visto una tasa similar en nuestra vida», aseguraban ayer fuentes de Tráfico, cuyos agentes destacan que apenas se explican cómo podía ir al volante el protagonista de semejante acto de inconsciencia. Pero ir iba y ahora tendrá que responder ante el juez de su imprudencia. El autor, M. D. S., de 33 años y nacionalidad rumana, pudo regresar a casa -está afincado en Olmedo- por sus propios medios acompañado de un amigo.
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El temerario conductor sextuplicaba, nada menos, el límite legal de alcoholemia al arrojar un primer resultado de 1,58 miligramos por litro de aire espirado. Y así, con el nivel de embriaguez «más alto» registrado por un etilómetro en la historia reciente de la provincia, se puso al volante de un Renault 21 prestado pasada la medianoche. Su periplo por una vía secundaria entre los pueblos del entorno finalizó en el kilómetro 29,2 de la carretera comarcal Cl-610, donde se salió de la calzada y acabó volcando.
El conductor, eso sí, resultó ileso y tuvo la 'mala fortuna' de que una patrulla se encontrara con el turismo siniestrado a las 0.59 horas. Los agentes, ante el estado del piloto, le sometieron a la prueba de alcoholemia. En la primera prueba dio 1,58 y en la segunda arrojó un resultado de 1,49, es decir, seis veces más que el límite legal de 0,25.
«No hemos visto una tasa similar en nuestra vida», aseguraban ayer fuentes de Tráfico, cuyos agentes destacan que apenas se explican cómo podía ir al volante el protagonista de semejante acto de inconsciencia. Pero ir iba y ahora tendrá que responder ante el juez de su imprudencia. El autor, M. D. S., de 33 años y nacionalidad rumana, pudo regresar a casa -está afincado en Olmedo- por sus propios medios acompañado de un amigo.
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