lunes, 19 de septiembre de 2011

Experienza con la primera tía con la que quedo de internet

Tengo 20 años y muy a mi pesar soy virgen. Estoy desesperado por follar hasta el punto de que he tirado mi listón por el suelo y he defecado sobre el. Por ello quería probar este medio nuevo para mí a ver si había suerte. Aunque suene a tópico en estos casos creo que físicamente no estoy mal. Soy un tío que se cuida, hace deporte, viste bien y que tiene sus aficiones. Mi problema con las tías creo que se deben a otros motivos que ahora no vienen al caso. Pienso que ser virgen me afectará en la vida en otros aspectos como pueden ser el trabajo y la autoestima. ¿Acaso conocéis a alguien con éxito en su trabajo y con una vida satisfactoria que sea virgen? Después de lo que me pasó mi autoestima, que nunca había estado por las nubes en este tema, ha quedado un poco tocada. No en el momento en que ocurrió pero poco a poco y pensando sobre ello creo que me ha afectado.

Os voy a contar mi experiencia con la primera tía (y muy posiblemente la última) a la que conocí en internet. Nunca me había dado por ligar en la red ya que me parecía aburrido, un poco de pringaos y no creía que se pudiese encontrar nada bueno allí. Cuánta razón tenía pero era una aburrida y calurosa mañana de agosto en la que no tenía nada que hacer y se me ocurrió el intentar buscar folleteo por esos lares. Conocí a la afortunada en el chat terra. El chat es un lugar horrible. La mitad de chicas con las que hablé me da que tenían más rabo que el diablo y otro alto porcentaje eran demasiado mojigatas, bordes, retrasadas, querían saber mi vida en verso para poder quedar o se escandalizaban cuando veían que había entrado allí para follar, ¡si para follar! (estamos gilipollas o qué, ¿para qué coño se entra en puto chat sino?)

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Me llevo unos días pero finalmente pude quedar con una a la que había conocido esa misma mañana. Hablamos un rato por messenger, me enseñó una foto suya y me llamó para que comprobase que no tenía rabo. Qué inocente fui al fiarme de una foto en la que solo enseñaba de cuello para arriba. La foto tenía truco. Era algo así como esa foto que circula por Internet en la que se ve por una parte solo la cara de una tía, que parece hasta guapilla, pero al lado sale la foto de cuerpo entero y ves que en realidad esta echa un tonel. Quedamos a las 21.00 y la conversación apuntaba a que esa noche había temario ya que ella sabía a lo que yo iba y me comentó picarescamente que estaba sola en casa.


Yo estaba un poco nervioso ya que no había quedado nunca con una chica de Internet. En mi cabeza también rondaba la idea de que podía ser algún tipo de broma de alguna zorra aburrida o que me quedaría sin órganos vitales. Sino era así pensaba que mis posibilidades de folleteo eran altas…


Al verla me llevé una profunda decepción. Gorda, tampoco obesa pero le sobraban mínimo 20 kilos, fea de cara (no sé como se las apañaría para salir bien en la foto que me enseño) y con un ligero bigotillo. La tía tampoco se había comido mucho la cabeza a la hora de vestir. Llevaba una camiseta que realzaba bien sus lorzas y un pantalón vaquero ancho horrendo y unas zapatillas también anchas de esas tipo skate. Joder aunque seas gorda por lo menos intenta disimularlo un poco, ¡no te pongas una camiseta para marcar pechuga subnormal!


Fuimos a la terraza de un bar cercano para tomar algo y charlar. A mi la moza no me atraía en absoluto y por ello no me salía el tontear con ella pero llevaba en la cabeza la idea de follar, follar y FOLLAR a toda costa. Echarse atrás no era una opción para mí en esos momentos. Como me daba un poco de palo pasear al bicho, después nos fuimos a un parque más apartado. Nos sentamos en un banco y se empezó a liar un porro, que creo que no era el primero de la noche. Ah, otra cosa que no me gustó de ella es que fumase, no soporto el olor a tabaco, pero tampoco iba a hacer un drama de ello ya que solo quería follármela. La chica no tenía mucha conversación y estaba un poco “ida” por los porros o es que era así de retrasada siempre. Sacó su blackberry y me empezó a enseñar fotos de lo mono que su hermano pequeño, el diente que se le había caído a un amigo yonki suyo y demás mierdas que no me interesaban en una mierda. Era difícil hablar con ella sin que la conversación se desviara a gilipolleces como esas. Pero lo peor de todo es que cada 2 minutos la tía mandaba un sms o whatsupp o no sé que historias, cosa que me parece una gran falta de respeto. Le dije que dejase el blackberry de lado mientras estaba conmigo pero no me hizo mucho caso y al rato volvió al lío. Tendría que haberme largado en ese momento pero no quería irme sin follar. Soy extremadamente gilipollas, lo sé. Todo lo que me podáis decir a cerca de lo triste que fui lo sé de sobra y me merezco lo que me pasó a continuación por subnormal.


La cosa se empezó a poner aun más fea. Sin venir a cuento se puso sentimental y empezó a hablarme de su ex y de que la maltrataba. Yo para intentar cortar su historia, que tampoco me interesaba una mierda, le dije educadamente que eso ya era agua pasada y que no pensase y hablase de ello ahora. Joder en serio, ¿os parece normal quedar con alguien por primera vez y que empiece a contarte sus penurias? Para cambiar un poco de tema le dije que porque no íbamos a su casa y ella aceptó sin poner pegas.


Llegamos a su casa, fuimos a su habitación y nos sentamos en su cama. Para estar más cómoda se sacó los zapatillas, esas tan feas que llevaba, y ¡sorpresa! un rico olor a roquefort invadió la habitación. ¡Joder pero cómo se puede ser tan cerda! ¿pero qué cojones tiene en la cabeza? ¿y qué cojones tenía yo para no haberme marchado hacía tiempo? ¿cómo le olería el chirri? Pero cuando pensaba que la cosa no podía ir peor me dice que su ex o no se quien venía hacia su casa en breves. Le dije que había quedado conmigo y que era una falta de respeto enorme y su respuesta fue “es que tú no lo entiendes”. Esto fue la gota que colmó el vaso y yo ya me quería ir de allí pero no sin antes intentar sacarle un polvo ya que casi me sentía en “obligación” de follar. En esos momentos no me entraba en la cabeza haber quedado en vano aunque la tía diese tanto asco. Para mi fue hasta difícil mentalizarme para lanzarme porque la tía me daba cada vez más grima. Cogí aire y le fui a dar un muerdo al que respondió con una cobra. Acto seguido de la cobra me suelta la siguiente frase lapidatoria “es que yo quiero ir poco a poco”. Ante tal frase no sabía si echarme a reír o llorar. En todo caso me marché de allí casi corriendo para no volver nunca más y con una extraña sensación de casi sentirme aliviado de no tener que follármela. No es por tirarme flores pero comparándome con ella yo era Brad Pit por lo menos. ¿Pero a qué aspiran las mujeres? ¿Y qué sentido tiene invitarme a su casa sino quería follar? ¿Acaso quería deleitarme con su olor de pies o qué jugásemos al parchis?


En todo caso he aprendido una valiosa lección que ya sabía, en teoría, pero que no he aplicado porque mis ansias por perder la virginidad han superado a la razón. Nunca, nunca más intentaré liarme a toda costa con una chica tan inferior a mí y que me produzca asco. Si van a rechazarme que por lo menos no me de asco. Y a la primera que una tía haga cosas como ponerse mandar mensajitos mientras queda conmigo me iré por donde he venido aunque la tía sea un pivonazo. Nunca permitáis que os falten al respeto.

Resumen: Quedo con una tía que he conocido por internet y resulta ser una gorda retrasada a la que le huelen los pies. De todas formas intento follarmela y me hace una cobra. Aprendo una bonita lección y paja y a dormir

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