Una investigación plagada de inexactitudes desembocó en un proceso que ha atentado contra la credibilidad de una atleta que jamás podrá restaurar su imagen. Después de un calvario de siete meses, la jueza ha archivado los cargos de tráfico y administración de sustancias dopantes que pesaban sobre Marta Domínguez. Ahora, urge depurar responsabilidades en la Guardia Civil (UCO) y en la cúpula del Ministerio del Interior, autores de una interminable cadena de errores. A saber:
1.- Abrir la investigación atendiendo a rumores y conjeturas.
Para impulsar el proceso, la UCO se basó en indicios infundados, recortes de prensa, artículos en internet y rumorología del «mundillo» del atletismo. Para involucrar a Marta Domínguez se utilizó a su ex preparador Mariano Díez, molesto con la palentina porque rompió su relación profesional. El técnico, movido por el rencor aseguró a la Guardia Civil: «No tenía constancia de que Marta se dopara, pero tenía sospechas, porque hacía frecuentes viajes a Madrid con la excusa de darse masajes». Un hipótesis indemostrable.
2.- Solicitar la grabación de escuchas telefónicas.
Pedir al juez Santiago Torres (magistrado de guardia) permiso para intervenir comunicaciones de sospechosos fue desacertado. Por esta petición se ha solicitado anular todo el proceso judicial, dado que ese tipo de permiso sólo va destinado a delitos penados con más de cinco años de cárcel. El dopaje es castigado, como máximo, con dos. La jueza Pérez Barrios ya ha dictado la anulación parcial de las escuchas de implicados en la operación Galgo.
3.- Filtraciones interesadas a medios afines.
El registro de la casa de Marta Domínguez se convirtió en un espectáculo mediático, con la presencia de reporteros en las inmediaciones del domicilio antes de la llegada de la Guardia Civil. Se dijo, en una ceremonia de confusión, que las cajas y documentos que portaban los agentes, cuyas imágenes aparecieron en todos los medios, pertenecían a la atleta, cuando en realidad eran útiles de trabajo de los especialistas en registros. Los productos decomisados a la palentina -todos permitidos- fueron introducidos en un vehículo ajeno a los focos de las cámaras. Tampoco fue cierto que ella se desmoronara anímicamente durante el interrogatorio.
4.- Precipitación en los registros.
El invierno es un periodo de preparación para la temporada, es decir, una época en la que los tramposos no recurren al consumo de sustancias prohibidas. Por eso extrañó que el registro se realizara el 9 de diciembre. No era el mejor día para pillarlos in fraganti. Este argumento respalda la tesis de que la redada se hizo para apagar los ecos de la huelga de controladores. Ese día, Zapatero compareció en el Congreso.
5.- Interpretación incorrecta de conversaciones.
La UCO se empeñó en que Marta se comunicaba con su entorno en clave, con jerga de dopaje. En su estrategia de inculpación no entraba que cuando hablaba de oro se trataba de un producto vendido en herbolarios. Para ellos, el oro era trembolona y el ron un producto dopante. Tampoco les cuadraba que se refiriera a los pendientes de platino como un simple colgante. Creían que «limpiar la casa por dentro» era desprenderse de productos prohibidos. La jueza Pérez Barrios exigió «objetividad» a los investigadores.
6.- Enredo de amistades.
Tampoco fue difícil transmitir el mensaje de que Marta tenía relación con Eufemiano Fuentes y Pascua Piqueras, para ello recurrieron al pasado de amigos de la atleta. Recuperaron el nombre de Urco, apuntaron que César Pérez («el camello de la Blume») y Alberto García tenían contacto con el doctor y que Nuria Fernández se entrenaba con Pascua. Todas estas suposiciones fueron cortadas de raíz por la jueza, que en un auto explicó que no existía conexión entre Marta y la supuesta red encabezada por Fuentes y Pascua.
7.- Confusión de medicamentos.
La UCO interceptó, el 13 de julio de 2010, el vehículo de César Pérez para decomisar unos medicamentos que supuestamente eran para Marta, cuando en realidad eran para el consumo propio del entrenador. Encuentran AMTH-2, que creen es el famoso pendiente de platino.
8.- Fotografías sin valor en una clínica.
Como prueba inculpatoria contra Marta se aportaron imágenes de ella a la entrada de una clínica de fisioterapia donde se trató a la libre Eduardo Polo. El lunes, se archivó el cargo de suministro de productos prohibidos por medio de la iontoforesis. También hubo fotos intranscendentes de Marta con su hermana y su entrenador.
9.- Sospechas de recetas y farmacias.
La acusación de administrar sustancias prohibidas quedó sin base, dado que los productos que Marta proporcionó a Polo (Fortecortín y Scandinibsa) fueron adquiridos con receta médica en una farmacia. Además, esos medicamentos fueron prescritos por el médico de la Federación Española de Atletismo.
10.-Poner en peligro la cadena de custodia.
El colofón a los pecados de la Guardia Civil lo puso el Consejo Superior de Deportes, que después de conocer los resultados del análisis del oro por parte del Laboratorio de Madrid, autorizó el envío de una muestra de este producto a un laboratorio de Colonia, con lo que se puso en peligro la cadena de custodia de una prueba clave y se actuó a espaldas de la jueza.
Fuente EL MUNDO
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1.- Abrir la investigación atendiendo a rumores y conjeturas.
Para impulsar el proceso, la UCO se basó en indicios infundados, recortes de prensa, artículos en internet y rumorología del «mundillo» del atletismo. Para involucrar a Marta Domínguez se utilizó a su ex preparador Mariano Díez, molesto con la palentina porque rompió su relación profesional. El técnico, movido por el rencor aseguró a la Guardia Civil: «No tenía constancia de que Marta se dopara, pero tenía sospechas, porque hacía frecuentes viajes a Madrid con la excusa de darse masajes». Un hipótesis indemostrable.
2.- Solicitar la grabación de escuchas telefónicas.
Pedir al juez Santiago Torres (magistrado de guardia) permiso para intervenir comunicaciones de sospechosos fue desacertado. Por esta petición se ha solicitado anular todo el proceso judicial, dado que ese tipo de permiso sólo va destinado a delitos penados con más de cinco años de cárcel. El dopaje es castigado, como máximo, con dos. La jueza Pérez Barrios ya ha dictado la anulación parcial de las escuchas de implicados en la operación Galgo.
3.- Filtraciones interesadas a medios afines.
El registro de la casa de Marta Domínguez se convirtió en un espectáculo mediático, con la presencia de reporteros en las inmediaciones del domicilio antes de la llegada de la Guardia Civil. Se dijo, en una ceremonia de confusión, que las cajas y documentos que portaban los agentes, cuyas imágenes aparecieron en todos los medios, pertenecían a la atleta, cuando en realidad eran útiles de trabajo de los especialistas en registros. Los productos decomisados a la palentina -todos permitidos- fueron introducidos en un vehículo ajeno a los focos de las cámaras. Tampoco fue cierto que ella se desmoronara anímicamente durante el interrogatorio.
4.- Precipitación en los registros.
El invierno es un periodo de preparación para la temporada, es decir, una época en la que los tramposos no recurren al consumo de sustancias prohibidas. Por eso extrañó que el registro se realizara el 9 de diciembre. No era el mejor día para pillarlos in fraganti. Este argumento respalda la tesis de que la redada se hizo para apagar los ecos de la huelga de controladores. Ese día, Zapatero compareció en el Congreso.
5.- Interpretación incorrecta de conversaciones.
La UCO se empeñó en que Marta se comunicaba con su entorno en clave, con jerga de dopaje. En su estrategia de inculpación no entraba que cuando hablaba de oro se trataba de un producto vendido en herbolarios. Para ellos, el oro era trembolona y el ron un producto dopante. Tampoco les cuadraba que se refiriera a los pendientes de platino como un simple colgante. Creían que «limpiar la casa por dentro» era desprenderse de productos prohibidos. La jueza Pérez Barrios exigió «objetividad» a los investigadores.
6.- Enredo de amistades.
Tampoco fue difícil transmitir el mensaje de que Marta tenía relación con Eufemiano Fuentes y Pascua Piqueras, para ello recurrieron al pasado de amigos de la atleta. Recuperaron el nombre de Urco, apuntaron que César Pérez («el camello de la Blume») y Alberto García tenían contacto con el doctor y que Nuria Fernández se entrenaba con Pascua. Todas estas suposiciones fueron cortadas de raíz por la jueza, que en un auto explicó que no existía conexión entre Marta y la supuesta red encabezada por Fuentes y Pascua.
7.- Confusión de medicamentos.
La UCO interceptó, el 13 de julio de 2010, el vehículo de César Pérez para decomisar unos medicamentos que supuestamente eran para Marta, cuando en realidad eran para el consumo propio del entrenador. Encuentran AMTH-2, que creen es el famoso pendiente de platino.
8.- Fotografías sin valor en una clínica.
Como prueba inculpatoria contra Marta se aportaron imágenes de ella a la entrada de una clínica de fisioterapia donde se trató a la libre Eduardo Polo. El lunes, se archivó el cargo de suministro de productos prohibidos por medio de la iontoforesis. También hubo fotos intranscendentes de Marta con su hermana y su entrenador.
9.- Sospechas de recetas y farmacias.
La acusación de administrar sustancias prohibidas quedó sin base, dado que los productos que Marta proporcionó a Polo (Fortecortín y Scandinibsa) fueron adquiridos con receta médica en una farmacia. Además, esos medicamentos fueron prescritos por el médico de la Federación Española de Atletismo.
10.-Poner en peligro la cadena de custodia.
El colofón a los pecados de la Guardia Civil lo puso el Consejo Superior de Deportes, que después de conocer los resultados del análisis del oro por parte del Laboratorio de Madrid, autorizó el envío de una muestra de este producto a un laboratorio de Colonia, con lo que se puso en peligro la cadena de custodia de una prueba clave y se actuó a espaldas de la jueza.
Fuente EL MUNDO
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